Historia del antiguo Oriente



La historia del Antiguo Oriente fue pensada desde la modernidad como punto de partida para “la Historia” en la medida que toma en consideración a la aparición de la escritura y del Estado. De esta manera la “civilización occidental” impuso esta concepción borrando de la Historia a todos los pueblos sin escritura ni Estado, justificando así su dominación y sometimiento.
La necesidad de hacer historia desde nuevas perspectivas políticas nos obliga a construir nuevos relatos colectivamente y desde abajo. Pensar la irrupción del Estado como la aparición de la sociedad jerarquizada, y de la dominación de un sector social sobre otro abre la posibilidad de pensar los diferentes dispositivos sociales a través de los cuales irrumpe y se despliega dicha dominación al interior de una sociedad. En este sentido, el análisis de los pueblos del Antiguo Oriente nos permite indagar los primeros casos en los que surge el Estado, la relación entre las distintas ciudades, los vínculos entre las sociedades con Estado y las comunidades no-estatales que las circundan, y las dinámicas de dominación y resistencia que se establecen entre las mismas. La posibilidad de recuperar una historia de las sociedades antiguas desde una mirada diferente a la mirada del poder estatal requiere diversas formas de pensar y hacer historia, recuperando la dimensión de la oralidad y la metáfora para los relatos sobre el pasado, abriendo el campo a una historia antigua que vive en los conflictos cotidianos de los pueblos originarios y de las organizaciones sociales que buscan pensarse por fuera de la lógica de dominación estatal.